Una de las citas más esperadas del año para todos los amantes de la artesanía, la maestría y el lujo. El grupo de lujo LVMH organiza cada dos años Les Journées Particulières, unas jornadas en las que abren las puertas de sus 53 casas al público con previa invitación. Entre sus firmas, se encuentra FENDI, Loewe, Loro Piana, Louis Vuitton, Moët & Chandon, Chaumet, Christian Dior, Berluti, Givenchy, entre otras más.
Hace dos años pude acudir por primera vez a la fábrica de LOEWE en Getafe, Madrid, una de las experiencias más bonitas que tuve. Este año, además de repetir con LOEWE que ya os hablaré esta semana, mi destino ha sido París para visitar el atelier de Louis Vuitton y la emblemática maison de Christian Dior.
21 de mayo, destino París. Así comenzó mi día en la ciudad francesa. Me levanté muy temprano para poner rumbo al pueblo vecino, Asnières-sur-Seine, donde se encuentra una de las fábricas de Louis Vuitton. La firma decidió trasladarla de Paris a Asnières en el año 1859, una localidad en la que prima la calma y la paz.
Antes de entrar directamente a la fábrica, nos dieron la bienvenida a un grupo reducido de asistentes y nos explicaron una breve historia de la firma, año de fundación, quién era el Sr. Vuitton y su trayectoria a lo largo de estos años. Lamentablemente estaba prohibido hacer fotografías dentro de la fábrica ya que la firma quiere preservar el savoir-faire y la »magia» del proceso de creación.
¡Quedé alucinado por todo lo que vi ahí! Cada artesano se encarga de confeccionar una pieza del bolso. En una mesa, una artesana confeccionaba las asas mientras que la compañera de al lado se encargaba de hacer el lujado y la mesa siguiente el candado y así sucesivamente. Todo está personalizado y trabajado a mano. Después de todo ese proceso, y una vez el bolso está acabado, es trasladado a una mesa central donde realizan el control de calidad mediante una lupa para supervisar y certificar que no hay ningún fallo para, posteriormente, ponerlo a la venta.
En la otra sala nos enseñaron la fabricación de la Petite Malle, el nuevo clutch icónico de la firma. Realizan el mismo proceso que el de los baúles ya que el cuerpo está hecho de madera, un verdadero trabajo de malletiere.
Después nos llevaron a la Galería Louis Vuitton, una sala en la que guardan piezas exclusivas, limitadas y antiguas como libretas de dibujo del Sr. Vuitton, sellos, libros, peines de metal, etc. Ahí si que nos dejaron hacer fotografías así que no dudé en disparar todos los detalles.
Una vez acabó la visita de 1 hora y media puse rumbo a Paris para ir a la boutique de Avenue Montaigne y ver la actual colección Primavera Verano. Gil, uno de los dependientes, tuvo la gentileza de mostrarme varios looks del desfile.
Gracias LVMH por dejarme vivir esta experiencia tan emotiva y preciosa que jamás olvidaré.
Que suerteeeeeeeee!! Me hubiera encantado hacer esa visita. Oye haz el favor de tomar carbohidratos eh! Qué también me he dado cuenta de la dieta que llevamos. ? Bueno ya vale de abuela pedorreta, preciosos tus dos últimos post.
¡Jejejeje gracias Núria! La
¡Jejeje gracias Núria! La verdad que me lo pasé súper bien, fue una experiencia,… ay madre mía…
Jajajaja pues aún me queda un par de kilos menos :P, non stop con Operación Bikin.