Me encanta Barcelona, cada vez que viajo a la ciudad por algún motivo, la mayoría de veces por reuniones y eventos, me enamora aún más. No sé lo que tiene, si sus calles, la gente, el clima, la gastronomía pero me atrapa. Eso sí, siempre que voy mi punto de encuentro de toda la ciudad es Paseo de Gracia, la milla de oro barcelonesa. Me fascina pasear y ver los espectaculares escaparates de las firmas de lujo para descubrir las próximas tendencias que desfilarán en la calle.
Una de las cosas que siempre hago antes de viajar es decidir el bolso, o mi »fiel amigo», que me acompañará. Dependiendo del día que tenga elijo un tipo de bolso u otro. Para esos días que tengo una jornada tranquila suelo llevar un bolso más pequeño, como una bandolera o una pouch. En esta ocasión elegí mi nueva adquisición de la que estoy súper enamorado, mi T-Pouch de LOEWE en piel Manchette que compré en La Roca Village. Puede ser que te ronde por la cabeza »Abel, eso que llevas es un clutch» pero no, recuerda que ya te hablé hace tiempo que no es lo mismo una pouch que un clutch.
¿Por qué elegí este bolso? Primero porque como sabes adoro LOEWE, una de mis firmas favoritas que valoro por su piel y su historia, la segunda es por la comodidad. Tiene una base amplía que se estrecha en la parte de arriba (como si fuera un triángulo) y ese pequeño detalle hace que puedas llevar más cosas y que no se deforme la piel. Siempre que lo llevo me transmite felicidad, seguridad, y nostalgia, es como si volviera a tener 16 años con esa carterita pequeña que llevaba en mis clases particulares de francés.
Las horas se me pasan volando, sobretodo cuándo me quedo a comer o a merendar en la cafetería de Santa Eulalia. Es mi sitio favorito, imagínate estar comiendo en pleno Paseo de Gracia y no escuchar el ruido de la ciudad, parece que estás en un mundo paralelo, una burbuja relajante. Ahí siempre me tomo un batido de melón, sin azúcar añadido, ¡súper bueno!
Photos by: Luis Lau
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